Microhábitats para la biodiversidad: una guía para crear refugios para la vida silvestre beneficiosa
La biodiversidad no es exclusiva de las grandes reservas naturales: cada jardín, terraza o espacio verde puede contribuir a la conservación de las especies. Un jardín biodiverso es más saludable, resiliente y atractivo, y crear microhábitats significa proporcionar refugio, fuentes de alimento y entornos favorables para pequeños animales, insectos y anfibios .
Un microhábitat es un entorno pequeño con condiciones específicas que sustenta formas de vida adaptadas . A diferencia de un hábitat completo, es localizado y temporal , pero tiene un impacto significativo en la presencia de fauna beneficiosa. Promover estos espacios implica fomentar la presencia de insectos polinizadores , depredadores naturales de parásitos y pequeños animales que enriquecen el ecosistema.
Diferentes tipos de microhábitats y su función
Madera muerta y tocones
La madera muerta es un refugio natural para insectos en descomposición (como los escarabajos xilófagos), pequeños mamíferos, anfibios y reptiles. Dejar un tocón en el suelo o un montón de ramas en un rincón sombreado del jardín estimula la microfauna y contribuye a la fertilidad del suelo.
Muros de piedra seca y montones de piedras
Los muros de piedra seca, además de ser estéticamente agradables, crean hábitats ideales para reptiles, arañas, insectos y pequeños roedores . Los montones de piedra se pueden construir fácilmente con materiales locales y ofrecen protección contra depredadores y condiciones climáticas extremas.
Setos espontáneos y vegetación silvestre
Los setos de plantas nativas proporcionan refugio, alimento (bayas, néctar, semillas) y sitios de anidación para aves e insectos . Dejar zonas silvestres en el jardín ayuda a crear corredores ecológicos para la fauna.
Piscinas temporales o permanentes
Incluso un simple estanque enterrado puede convertirse en un microhábitat acuático. Las piscinas son esenciales para anfibios como ranas y tritones, pero también atraen libélulas, aves e insectos acuáticos . La clave está en evitar el uso de cloro y priorizar las plantas acuáticas naturales.
Grava y arena
Las zonas con arena o grava fina son esenciales para insectos como las abejas solitarias , que anidan en el suelo. Estos entornos soleados y bien drenados son fáciles de crear y requieren muy poco mantenimiento.
Una guía paso a paso para crear un microhábitat
Si quieres crear un entorno que ayude a sobrevivir a especies pequeñas pero muy útiles, sigue estos pasos.
- Observa tu jardín : identifica las zonas poco utilizadas, sombreadas o expuestas al sol, según el tipo de refugio.
- Elegir el microhábitat más adecuado : evaluar la disponibilidad de materiales, clima y espacio.
- Preparar el suelo : eliminar los restos químicos, mantener una cubierta vegetal variada.
- Construye el refugio : usa materiales naturales o reciclados. Evita elementos de plástico o pintados.
- Deje que la naturaleza haga el resto : evite intervenciones demasiado frecuentes, observe quién llega y cómo utiliza el refugio.
También puede ser interesante llevar un diario de observación , anotando fechas, especies observadas y comportamientos. Puedes usar aplicaciones como iNaturalist o Seek para identificar plantas y animales. Involucra a los niños o vecinos para convertir la observación en una actividad educativa y colaborativa.
A continuación se presentan algunos consejos y errores a evitar.
- No utilice pesticidas ni fertilizantes químicos : alteran el microclima y envenenan a los huéspedes.
- No podes ni quites nada en otoño : muchos animales pasan el invierno en setos y tocones.
- No regar en exceso : favorecer hábitats secos o estacionales.
- Fomentar la estacionalidad natural : cada especie tiene su propio tiempo.
De esta manera, descubrirás que incluso un espacio pequeño puede convertirse en un refugio vital para muchas especies. Crear microhábitats es una forma concreta, sencilla, educativa y eficaz de proteger la biodiversidad y mejorar la calidad de nuestro entorno cotidiano.